El Arcángel Miguel aparece en defensa de los intereses divinos ante la rebelión de los ángeles caídos. Es quien expulsó a Lucifer y sus ángeles seguidores que estaban enfrentados con Dios.

Es el que mantiene la batalla contra Satanás y los demás demonios para destruir su poder.

Es el modelo del siervo fiel y potente que nos va a sostener con su fortaleza. Su luz triunfa sobre las tinieblas de la negatividad.

Generalmente se lo representa con fisonomía de ángel guerrero o caudillo vencedor, con su espada, a un dragón o a una serpiente.

Nombre original: MIKAEL

Día en su honor: DOMINGO

Colores: ROJO Y AZUL

 

Virtudes: ayuda a mantener la fuerza ante la adversidad, a resolver la negatividad personal, a tener valor cuando nos sentimos solos.

Colabora para que podamos superar las emociones negativas, que influyen directamente en nuestra salud física y espiritual.

Ayuda a  la purificación del planeta. Es la guía perfecta para llevarnos por el camino espiritual y para ubicarnos equilibradamente entre la espiritualidad y el materialismo.

Se lo invoca en los exorcismos contra el demonio en todas sus formas y en la lucha contra la soberbia y las causas injustas.

Asiste a quien lo solicita para desterrar todo tipo de miedos y fobias.

El Arcángel Miguel está permanentemente al lado de los más humildes, de los niños y de los desprotegidos.

Velas: para pedidos de justicia  utilizamos  las de color azul  y para fortaleza las de color rojo.

 

LLAMEMOS AL ARCÁNGEL MIGUEL Y PIDAMOS SU ASISTENCIA

 

Rezamos esta letanía para invocarlo:

San Miguel, Arcángel, protégenos del mal,

Vencedor de Lucifer,

Angel de la fe y de la humildad,

Príncipe de los ejércitos celestes,…

Celador del Reino de Dios,

Primer defensor de la Justicia,…

Primer vengador del buen derecho,

Que se haga Justicia.

Abogado nuestro,

Portador de las llaves del abismo,…

Tú, que encadenas a Satanás,

Justiciero de Dios…

Porta estandarte de la Trinidad,

Guerrero de armas de luz…

Defiéndonos del enemigo.

 

ORACIÓN PARA ROGAR POR SU GUÍA

 

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla.

Ayúdanos a luchar contra el mal.

Que Dios oiga tu voz y tú como jefe del ejército del Cielo,

combate y vence a Satanás y a todos los espíritus malos,

que andan por el mundo, deseando la ruina de las almas.

Amén.